Lo que evitó que disfrutáramos en un 100% ese sandwich fue la imagen del ratón hidrocefálico torpemente depilado y con una malformación congénita que hacía que su brazo se fundiera con su cuerpo, y que a pesar de todo eso tenía la fuerza para sonreír y ofrecernos el Churrasco Italia.
Pero es el tipo de historia de vida que uno no quiere escuchar mientras come comida de bajón pues.
Pero es el tipo de historia de vida que uno no quiere escuchar mientras come comida de bajón pues.
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