Lo juro: este altar apareció un día en mi casa sin explicación científica razonable. Perro con pañal (nombre se reserva para evitar su propia humillación) y Snuffleupagus adorando a Tarako. En todo caso, está bien, a Tarako hay que adorarlo.
Adórelo usted:
Y no sólo mis peluches adoran a Tarako:
y unas niñas argentinas locas (o con mamá loca, démosles el beneficio de la duda XD):
Así que a adorar a Tarako, caramba!!!!
Adórelo usted:
Y no sólo mis peluches adoran a Tarako:
y unas niñas argentinas locas (o con mamá loca, démosles el beneficio de la duda XD):
Así que a adorar a Tarako, caramba!!!!
2 comentarios:
Me da miedo ese muñeco.
D=
jajaja
yo amo al oso mario!!!
besitos,
val
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