miércoles, 24 de marzo de 2010

alguien no quiso pagar las 15 lucas...

No es secreto que en mi edificio hay una minirred de prostitución. No son muy simpáticas las tías entretenidas hetairas busconas, de hecho no miran a los ojos ni piden permiso al pasar, pero aparte de eso no tengo mayores problemas con ellas. Son como vecinas apáticas (y en este edificio eso es lo habitual). Pero cuando uno encuentra sangre entre la puerta de uno de sus privados y la puerta mía, da cierta sensación de... ¿inseguridad? ¿baja de moral? No sé, pero no es una buena sensación.

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